El vestuario ha sido una de las partes más discutidas de este trabajo. Cosa que no extraña a nadie. Aunque parezca algo sencillo a simple vista no todo es lo que parece. Había que amoldarse a los años 60 en América. Sin embargo, era bastante puntual porque si uno observa el video con determinación se dará cuenta de que la vestimenta es de niños pijos de la televisión de los 60. A pesar de que yo hubiera preferido ponerme unas gafas redondas, un pelo de leona y cantar "Cry baby" no hablábamos de hippies ni del club de los 27.
Las directrices impuestas eran las siguientes dependiendo del sexo. Si ibas de hombre deberías mostrar unos calcetines blancos, así que habría que remangar con cierto disimulo el pantalón. Además de una chaqueta de un traje o una americana, una camisa y para rematar una pajarita o una corbata. Si ibas de chica deberías llevar un vestido, el cual debe marcar la cintura, tener algún diseño vibrante y no vendría mal algún cuello Peter Pan.
En un principio a mi me tocó ir vestida como una señorita, pero por más que buscaba vestido o falda alguna ninguna se amoldaba con la moda de la época. Tal fue mi desesperación que incluso miré en el armario de mi abuela esperando encontrar algún vestido de su juventud, quien recordaba aquella época con exactitud y también lo monísima que se ponía en aquel momento de su vida. Al final, tuvieron bondad y me dejaron ir al otro bando, es decir, al de los chicos. Tenía la americana perfecta: dorada con unos remates en el cuello propios de la época, unos pantalones negros altos y unos calcetines blancos como buena hortera. Lástima que no fuéramos de Michael Jackson, hubiera sacado a relucir mi chupa de lentejuelas.
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