Elogio acalorado de los pasos (II)
Evidentemente esto no acabó tan fácilmente. El tiempo se nos venía encima y aún quedaba más de media canción, era demasiado larga y no teníamos un final que impresionara. Por mucho que pensáramos ideas no llegábamos a ninguna parte, y era físicamente imposible aprenderse la otra mitad de la canción teniendo en cuenta que par ala primera parte habíamos dedicado casi un mes entero en ello y aún no la controlábamos a la perfección. De la desesperación comenzaron a aparecer ideas absurdas y gritos para que al menos continuáramos ensayando y no perdiendo el tiempo. Por obra y magia de lo absurdo alguien llegó a decir: "Bailamos la macarena, y ya está". Entre risas acabamos planteándonos aquella idea muy en serio. Un remix con la canción del musical elegido, para animar al público, hacerlo más ameno y cercano y conseguir un final inesperado.
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