Como
sucede de costumbre cuando me enfrento al trabajo propuesto por
Arantzazu Montejo, me encuentro más perdida que Belén Esteban en
una biblioteca. Lo único claro es que los felices días del
carajillo del Sombrero Loco y la Liebre de Marzo se acaban para
nosotros, a pesar de las fechas.
Nos
adentramos en los temas 3 y 4 de la asignatura de Metodología del
Proyecto, que tratan de la correcta documentación de los trabajos y
su exposición pública. Aún a estas alturas del curso, me
sorprende que las actividades que hay que realizar sean así de
variopintas, por mi ignorancia o por el método de mi profesora.
Llega
el momento en el que Arantxa nos deja entrever lo que tenemos que
hacer: sus pistas son igual de sencillas que las del Gato de
Cheshire. Quizás ella no tenga esa sonrisa tan amplia, pero sí le
divierte nuestro desconcierto. No contenta con el ridículo de las
anteriores exposiciones, esta vez tendremos que bailar en público,
elegir una canción de un musical conocido y representarlo en la
Escuela a finales de mayo.
Desde
pequeñita, siempre tuve complejo de Cher, sin cantar ni bailar tan
bien, así que ahora habrá que demostrar que podemos versionar una
canción de un musical para tornarlo en un tema referente al diseño:
la tipografía.
Por supuesto esto tiene un objetivo: además de unas buenas carcajadas, debemos aprender la coordinación en equipo, a documentarnos correctamente, a colaborar con nuestros compañeros y a olvidarnos de nuestros felices no cumpleaños.
No nos iremos de fiesta, pero nos tocará bailar igualmente.
Por supuesto esto tiene un objetivo: además de unas buenas carcajadas, debemos aprender la coordinación en equipo, a documentarnos correctamente, a colaborar con nuestros compañeros y a olvidarnos de nuestros felices no cumpleaños.
No nos iremos de fiesta, pero nos tocará bailar igualmente.
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