Siendo
lógicos, si tenemos que trabajar sobre una canción, lo primero será
decidir cuál. Teníamos muchísimas posibilidades, quizás
demasiadas. Y entre eso y los gustos de cada uno, fue bastante
difícil entendernos y ser prácticos. Quizás solo teníamos que
coger un lado de la seta o el extremo contrario. Para no ser ni
demasiado altos, ni demasiado pequeños. Aún así, nuestra profesora
no era una oruga ni fumaba shisha mientras nos hacía preguntas
profundas. De hecho, por primera vez, fue bastante clara: ¿Qué
musical habéis elegido?
Propusimos varios. La primera en presentar su opción fue Lucía Cobos , eligiendo el musical «Chicago». Por cierto, me cayó una buena bronca al no reconocerlo a la primera. Enseguida llegaron los ladridos de los dientes de león de la fiesta del jardín, y yo me hice pequeña ante tanto alboroto. Pero, al menos, no se eligió ese musical tan recurrente.
Propusimos varios. La primera en presentar su opción fue Lucía Cobos , eligiendo el musical «Chicago». Por cierto, me cayó una buena bronca al no reconocerlo a la primera. Enseguida llegaron los ladridos de los dientes de león de la fiesta del jardín, y yo me hice pequeña ante tanto alboroto. Pero, al menos, no se eligió ese musical tan recurrente.
La
otra propuesta fue «Cabaret». La
alumna que lo propuso fue Paula de la Fuente. No estaba mal, yo
hubiera votado por esa opción, pero el hecho de que la canción
"Money" de Liza Minelli y Joel Grey fuera cosa de dos se
convirtió en un problema tremebundo, como si no fuera fácil hacer
más parejas, como si hubiéramos bebido ese frasco de Alicia que
pedía beberse y quizás ese musical se nos hiciera demasiado grande.
En
cualquier caso, ese día no llegamos a ninguna parte. Las críticas y
opiniones dispares por parte de todos dieron como resultado que cada
uno de nosotros se convirtiera en simple mobile
vulgaris,
hablando claro: ¡una hierba!
Necesitábamos elegir uno, y lo necesitábamos pronto.
Necesitábamos elegir uno, y lo necesitábamos pronto.
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